jueves, 28 de septiembre de 2017

Cine: 'madre!' de Darren Aronofsky (2017)


Título original: mother!
Duración: 120 minutos aprox.
Dirección: Darren Aronofsky
       Reparto: Jennifer Lawrence, Javier Bardem,
Michelle Pfeiffer, Ed Harris, Domhnall Gleeson, Kristen Wiig, Brian Gleeson.


Ya he tomado por costumbre empezar cada opinión con una disculpa debido a mis continuos abandonos del blog. No creo que haya nadie llorando mi ausencia; es difícil ser seguidor de algo cuando no te dan contenido relativamente continuo. De modo que vuelvo a excusarme. Espero que la review de una película tan esperada como esta al menos compense. 


  La crítica está dividida: unos sólo ven pretenciosidad y excentricismo y la otra parte una obra maestra. Personalmente -es algo que he dicho en reiteradas ocasiones- no me gusta tildar a una película de "obra maestra" así por las buenas, sin que haya transcurrido un tiempo prudencial para valorarla y se haya hecho un análisis más concienzudo de ella. Al fin y al cabo, hay un gran listado de películas que tardaron años en ser valoradas y tuvieron una acogida discreta en su momento y una crítica nada favorecedora y hoy en día son cintas de culto (y puntualizo que no quiero decir que no es que no pueda serlo y que deban pasar por lo mismo, pero me resulta aventurado ver la película una vez y acuñarla como tal con tanta precipitación). En resumen: no creo que para valorarla deba recurrir a los extremos y deba ir de pedante defendiéndola como la nueva obra maestra del cine, por mucho que haya sido de mi agrado. 

  Mother! como ya habréis leído repetidas veces durante esta semana "no deja indiferente a nadie". Aquí he de puntualizar que si no estás predispuesto a introducirte de lleno en la historia, dejarte llevar y ser, de algún modo, los ojos de Jennifer Lawrence, es probable que más que indiferencia sientas cierta frustración, tedio e incluso aburrimiento. No está hecha para cualquier "paladar". Como tengo por costumbre, no voy a revelar más de lo necesario sobre el argumento de la cinta porque casi veo imprescindible que se vaya lo más "virgen" posible a su visionado. Que se disfrute sin saber dónde te vas a meter y lo que te espera. 

  Es un thriller psicológico. No esperes sustos absurdos, ni siquiera una acción trepidante hasta pasada más de la media hora larga de película. El principio es misterioso, relajado, los protagonistas a penas cruzan unas pocas frase; todo se va "construyendo" poco a poco. Somos meros observadores, pero siempre acompañamos a la protagonista, y siempre en un mismo espacio: esa casa en reformas de la que nunca salimos. 
Toda la película tiene ese tono místico que te atrapa y te mantiene en tensión. Toda esa serenidad inicial se va tornando oscura; va continuamente en crescendo hasta desembocar en un tercer acto que es una explosión de locura, una orgía de sordidez y turbiedad. No recuerdo la última vez que un producto audiovisual logró provocarme tal claustrofobia, agobio, rabia, ni una ansiedad tan intensa (obviamente no real). Sencillamente quedé tan absorta en ese caos, que sentía que estaba al lado de una desquiciadísima (en el mejor sentido) Jennifer Lawrence.

Cuando acabó, y después de unos días sopesando qué decir, en mi opinión determinaría que se trata de una especie de fábula: tú como espectador puedes darle cierto crédito o ser completamente escéptico. Me recordó mucho a lo que sentí viendo uno de mis thriller psicológicos favoritos, La semilla del diablo (Rosemary's Baby, 1968). Por lo que si os gustó esta, probablemente encontraréis lo que buscáis en la película de Aronofsky. 



Dejando a un lado las impresiones personales, en cuanto a aspectos técnicos es una absoluta maravilla. El director Darren Aronofsky lleva siete largometrajes a sus espaldas (además, habitualmente suele escribir sus propios guiones) y destaca precisamente porque sus filmes rara vez dejan impasible (para bien o para mal) al espectador; tiene un algo especial, aunque extraño, de lo más atrayente. Personalmente escogería Requiem por un sueño (2000) como su mejor trabajo junto a la película sobre la que hoy opino. No creo que Black Swan (2010) sea la obra maestra que muchos quieren vender, no existiendo Perfect Blue (1997). Y sí, Aronofsky nunca ha ocultado que admira al director japonés Satoshi Kon o que realizó una secuencia homenaje en Requiem, no obstante, sigue pareciéndome que son tan similares que no la veo como una cinta original ni sorprendente, aunque sí muy bien ejecutada. 

Destaca la fotografía de Matthew Libatique (El Círculo, 2017; Money Monster, 2016), habitual colaborador del director. En el apartado sonoro por primera vez Aronosfky prescinde de Clint Mansell, y aunque en principio iba a contar con la partitura de Jóhann Jóhannsson, finalmente decidieron eliminarla.  

Para acabar, el reparto es sencillamente sensacional. Los secundarios están sorprendentes, desde el matrimonio formado por Michelle Pfeiffer (The Wizard of Lies, 2017) y Ed Harris (Westworld, 2016), pasando por los hijos de los mismos, interpretados por los hermanos (también en la vida real) Domhnall Gleeson (Barry Seal: El traficante, 2017) y Brian Gleeson (La suerte de los Logan, 2017), y culminando con la inesperada aparición de Kristen Wiig (Cazafantasmas, 2016) (antes de entrar al pase sólo sabía de la aparición de los dos primeros y de los actores protagonistas). Y los protagonistas... a pesar de los muchos detractores que tiene Jennifer Lawrence (Passengers, 2016) habría que estar loco para no reconocer lo impresionante que está durante las dos intensas horas de película. Lo mismo para su compañero Javier Bardem (Loving Pablo, 2017), de quién personalmente he visto muy poco, y quién ha logrado dejarme boquiabierta. Tanto por su interpretación como por su correctísimo inglés (a lo mejor esta observación puede resultar impropia, pero a mí me sorprendió porque nunca le había visto en una película de habla no hispana). 

En conclusión: un filme que no es para todo el mundo. Un thriller psicológico absorbente y diferente. Un rayo de luz en una cartelera que normalmente nos brinda más y más de lo mismo.
Junto con La llamada, la mejor opción para ver este fin de semana de estreno o siempre que se quiera ver algo con lo que quedarse pegado a la butaca o mismamente al sillón de tu casa. 

NOTA: 9/10


Apunte: Los carteles (he incluído los dos porque son una auténtica pasada) son un diseño de James Jean.

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