martes, 12 de abril de 2016

Cine: Redención (Los casos del Departamento Q) de Hans Petter Moland (2016)


¡Hola! Antes que nada (y para no perder las buenas costumbres), lamento haberme pasado meses sin pasarme por aquí. No es que no haya pisado el cine, o no haya tocado un videojuego o un libro, pero mi tiempo de ocio y, sobre todo, el tiempo para mí se redujo bastante con los estudios y sus correspondientes prácticas.

Bien, dejando a un lado mi vida privada y mis interminables excusas, vuelvo de nuevo con energías renovadas para recomendar (más que criticar en sí) más películas y asistir a los pases que las amables distribuidoras decidan ofrecerme :) (no es que vaya a dejar las otras secciones de lado, aclaro). 

Con mucha suerte (que no me la creo ni yo), conseguí hacerme con el pase de Redención, ya que había asistido hace ya un año al de sus dos entregas anteriores: Misericordia y Profanación

Como sus predecesoras, la tercera entrega se mantiene a nivel argumental pero se supera a nivel técnico. Si bien las dos películas anteriores contaban con una buena fotografía (a cargo de Eric Kress), esta para mí destaca precisamente en ese apartado por encima de las otras; con un estilo más simplista pero que llega más al espectador, transportándolo a esa gran extensión de mar, a los amplios y hermosos campos azotados por el viento, sintiendo como una tormenta se avecina, o lo que es peor, la presencia de una persona non-grata, peligrosa. Esto es lo que consigue John Andreas Andersen. 

El cambio de dirección tampoco ha supuesto un problema, ya que, aunque no superior, me pareció que Hans Petter Moland tenía un estilo mucho más marcado. A mi parecer, elegante y menos tosco. 

El plantel de actores se mantiene intacto. El personaje de Nikolaj Lie Kaas, Carl, está más atormentado que nunca y nos permiten conocer un poco más de él, a pesar de su fría personalidad. Supongo que esto puede parecer el cliché de 'poli atormentado con pasado turbio', pero si has visto las entregas anteriores, esto está más que justificado. Para mí es un placer poder ver evolucionar a un personaje, y que además lo hagan bien. Sí que es cierto que noté la ausencia de su hijo en esta cinta, con el que las cosas se quedaron un poco en vilo en la entrega anterior, y esperaba ver qué ocurría con esa relación padre-hijo. Sin embargo, espero (y deseo) que lleven a cabo la cuarta entrega (que existe en su versión literaria) y cierren un poco más (o del todo) la historia de Carl. 
Assad (Fares Fares) alcanza en este tercer film un lugar mucho más protagónico que en las anteriores. Lo que es un placer, ya que Assad un personaje que me encanta especialmente por su sinceridad y honradez. Además de saber mantener la mente fría cuando la situación lo requiere. Carl es mucho más impulsivo y cerrado, pero también mucho más agudo en sus deducciones.
Volvemos a contar con la presencia de la secretaria, Rose (Johanne Louise Schmidt), un pilar imprescindible en la búsqueda de información durante el caso.

Y a estas alturas (si ya me conocéis / me habéis leído anteriormente no) pensaréis en por qué no he soltado una sinopsis al principio. Sencillamente porque lo veo innecesario y demasiado revelador. ¿A quién le importa de qué vaya el caso? Es un thriller muchísimo más disfrutable cuando sabes más bien poco de él (como con películas como El regalo o Calle Cloverfield 10). Lo que te hayan dejado saber las anteriores es suficiente (recomiendo encarecidamente que se vean antes de esta; no porque cronológicamente se sitúen así, si no por lo que he hablado de la evolución del personaje. Realmente los casos no tienen continuidad).

En resumen: un thriller magnético y vibrante que te mantendrá pegado al asiento.

Para mí esta saga ha supuesto la vuelta de los buenos thriller. Esos con un aire fincheriano que, cuando no te das cuenta, te dejan sin respiración. Por un momento, hasta te olvidas de que hablan danés.


NOTA: 8/10

Si quieres leer sobre las entregas anteriores entra en el link: Misericordia / Profanación


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